domingo, 29 de mayo de 2011

la ciudad sagrada de caral





 LA ESCALINATA



EL ANFITEATRO


la ciudad sagrada de caral la civilizacion mas antigua de America

LA UBICACIÓN DE CARAL
La primigenia ciudad de Caral se encuentra en la margen izquierda del río Supe, en la costa norcentral del Perú, cerca del poblado actual de Caral.
Desde la ciudad de Lima, se llega al sitio siguiendo la carretera Panamericana hasta el kilómetro 182, donde se encuentra el desvío que conduce al pueblo de Ambar.
CONDICIONES NATURALES DEL VALLE DE SUPE
La actual falta de agua en el río Supe durante la mayor parte del año y las escasas tierras de cultivo sugieren interesantes preguntas sobre el sustento de los 17 grandes centros cívicos ceremoniales, de Desde allí se continúa por una carretera afirmada, unos 22 km. hacia el interior
del valle.
La ciudad se halla a unos 350 msnm, sobre una terraza aluvial, por encima del valle que, en este sector medio, es estrecho, abrigado y de clima caluroso, muy favorable para la vida humana.
CONDICIONES NATURALES DEL VALLE DE SUPE
La falta de agua en río de Supe durante la mayor parte del año y las escasas tierras de cultivo sugieren interesantes preguntas sobre el sustento de 17 grandes centros cívicos ceremoniales temprana datación, identificados en el lugar.
Se hace evidente que las condiciones geográficas, aparentemente desfavorables en la actualidad no lo habrían sido entonces, en los albores de la civilización. Al ser Supe un valle pequeño, sin mucha gradiente, se puede aprovecharlas aguas del río mediante pequeños canales de riego, que no requieren de conocimientos técnicos sofisticados ni de numerosa inversión en mano de obra. Además, la mapa freática está muy cerca de la superficie, y aún hoy, se forman lagunas y charcos en algunas depresiones, cubiertos de vegetación. En la temporada de sequía, los cultivos se riegan mediante canales alimentados por los pozos de captación de esta fuente hídrica del subsuelo.
Los recursos naturales son muy ricos v variados:
El valle da vida a una densa vegetación natural, todavía persistente en algunos relictos, es denominada «monte ribereño», que constituye un verdadero bosque enmarañado de plantas arbóreas y herbáceas, como huarango (Prosopis juliflora), pájaro bobo, caña brava, achiote, guayabo (Psidium guajava), pacay (Inga feuiller), etc. Flora típicamente costeña, la cual albergaba a una variedad de aves, vizcachas y venados, que cubría al valle en grandes extensiones hasta hace unos pocos años.
Por otro lado, los cerros de la cadena andina, que limitan ambas márgenes del valle, se convierten en lomas durante la temporada de invierno y aún son aprovechadas por los pobladores que incursionan en busca de venados y vizcachas. Es posible que en el pasado cubriesen una mayor extensión y proporcionaran recursos vegetales y animales, al igual que los extensos pantanos, aún vigentes.
Hacia el litoral, el mar de la costa central ha sido fuente inagotable de peces, algas y moluscos, utilizados intensamente en la alimentación de la población y como bienes de comercialización con los agricultores cercanos y distantes.
El río mismo, en la época de verano nutre peces y crustáceos, que son consumidos por los pobladores.
Aparte de los recursos naturales propios, el sector medio del valle posee las mejores rutas de comunicación con otros valles vecinos y alejados. Caral, en particular, se conecta con el valle sureño de Huaura, cuya población habría estado bajo el control ideológico de los templos y el sacerdocio de esta ciudad. Otras vías lo vinculan a los valles costeños de Pativilca y Fortaleza. Las rutas más distantes conectan al valle de Sur
De con el Callejón de Huaylas, el Callejón de Conchucos y la cuenca del Marañon.
Los GRUPOS QUE ANTECEDIERON A LOS HABITANTES DE CARAL
Para comprender la temprana aparición de la civilización en los Andes Centrales del Perú, se debe conocer el proceso de neolitización y las características que éste presentó. El Neolítico se inició, como en otras partes del mundo, con el Holoceno y la extinción o reducción de los recursos de cazacolecta, que caracterizaban el ambiente del paleoindio: desaparición de la megafauna, en los que basaban su subsistencia los hombres.
Esta etapa del desarrollo, denominada Arcaico, casi coincide con el poblamiento del territorio en algunas partes de los Andes Centrales, alrededor de los 8000 años antes de Cristo, e implicó el cambio de un modo de vida basado en la apropiación de los recursos naturales, hacia uno que tomaba ventajas de las condiciones locales y había incorporado el manejo de la reproducción de algunas especies donde ya se daba un cierto grado de nucleación y sedentarismo,
El cambio no fue súbito, porque se produjo en forma simultánea en todos los lugares, ni tuvo las mismas manifestaciones culturales, abarcó un largo período, por lo menos unos seis milenios, a través de los cuales los grupos humanos se distribuyeron por las diferentes regiones y zonas ecológicas e iniciaron una relación de culturo-ambiental, expresada en diversos procesos adaptativos o de neolitización, No hubo un solo foco o centro de distribución de un patrón de vida neolítico; porque cada centro se desarrolló de acuerdo con las características del habitat y la tradición cultural de los grupos allí asentados. Estos procesos se desenvolvieron en cierto aislamiento durante el Arcaico Temprano (8000-6000 a.C.), y en menor grado en el Medio (60003000 a.C.), ya sea en los valles de la costa, separados por extensos desiertos, en la sierra, por su topografía accidentada y ríos torrentosos, o en la más distante montaña y la llanura amazónica, igualmente con peculiares características.
Pero, no obstante que las sociedades siguieron por trayectorias diferentes, con estrategias de subsistencia distintas, algunas de ellas ubicadas en el área norcentral, tanto en la costa, con una economía orientada a la explotación de los recursos marinos y de lomas, como en los valles interandinos de la sierra adyacente y de las vertientes orientales, dirigidas al aprovechamiento de los recursos de varios pisos ecológicos y de cultivo, simultáneamente se tendieron redes de contactos interregionales y desarrollaron organizaciones complejas hacia los 3000-2500 a. C. La mayor productividad económica de estos grupos y la necesidad de coordinación de actividades de subsistencia diversas, en un contexto de alto riesgo, permitieron la aparición de «gestores» y de una creciente desigualdad social (Shady, 1995). En la costa norcentral del Perú, el período Arcaico comienza con los primeros asentamientos aglutinados de organizaciones sociales igualitarias y concluye, en el Arcaico Tardío o Precerámico, con el establecimiento de sociedades complejas, que erigieron construcciones monumentales, y la aparición de la civilización y la formación del estado. Caral se ubica en este período (Bonavía, 1982; Engel, 1963; Feldman, 1980, 1985; Pozorski y Pozorski, 1979; Quilter, 1985, 1989, 1991).
OTROS ESTABLECIMIENTOS CONTEMPORÁNEOS A CARAL
El avance de las investigaciones en los últimos años dio a conocer importantes sitios arqueológicos pertenecientes al Arcaico Tardío, ubicados en el área norcentral del Perú, como: Áspero, en el litoral del valle de Supe (Feldman 1980, 1985); La Galgada, en la cuenca del Chuquicara, un tributario del río Santa (Grieder y Bueno 11981-, 1985), Piruro, en Tantamayo, Huánuco (Bonnier 1987, Bonnier y Rozenberg 1988), Kotosh, en Huánuco (lzumi y Terada 1972); Huaricoto, en el Callejón de Huaylas (Burger y Salazar 1985); y el Paraíso, en el valle bajo del río Chillón (Quilter 1985; Quilter, Wing y Ojeda 1991). Cabe destacar que estos sitios se encuentran en diferentes regiones: costa, sierra y selva alta, zonas ecológicas distintivas con recursos singulares, pero todos se hallan en el área norcentral del Perú. Área en que se habría desenvuelto una intensa interacción cultural durante el Arcaico Tardío, que impulsó el desarrollado social.
Estos sitios revelaron una complejidad arquitectónica mucho mayor que la inicialmente supuesta para el período Arcaico Tardío. En la actualidad, se está evaluando la hipótesis referente a extender un milenio atrás la etapa Formativa para incluir las manifestaciones del Arcaico Tardío, dando as¡ una nueva interpretación al proceso cultural peruano.
Caral forma parte de ese conjunto, siendo uno de los más destacados por su extensión y monumentalidad.
EL DESCUBRIMIENTO DE CARAL
Desde hace varias décadas algunos investigadores habían llamado la atención sobre la existencia, en el valle de Supe, de una serie de complejos arquitectónicos monumentales (a cuatro de ellos se les denominó Chupacigarro) pero ninguno llegó a emprender excavaciones arqueológicas sistemáticas o d¡o a conocer sus resultados .En 1994 la Dr Ruth Shady solis, fue la que descubrio este importante lugar arquitectonico ,sorprendiendo a muchos arqueologos en America y también en el mundo. Auque algunos años atras arqueologos extranjeros querian que la descubridora de caral (Ruth Shady )dejara en su poder el proyecto y que ella y su equipo se reterira, bueno creo que fimalmente  la Doctora Shady apesar de no contar con mucho presupuesto para este proyecto llamado PEACS, ella y su equipo apesar de las dificultades siguio adelante y hasta ahora este importante proyecto.

«EL TEMPLO DEL ANFITEATRO»
Es un conjunto arquitectónico de 150 m. por 90 m, en el que destaca una gran plaza circular hundida, «anfiteatro», asociada a una estructura alargada y escalonada, que se eleva sucesivamente, a modo de un ziggurat. Los varios componentes del conjunto están alineados en el mismo eje, aunque a diferentes alturas. El complejo se halla separado del resto de la ciudad por una muralla perimetral. Las construcciones levantadas en el interior de este cerco han cumplido diversas funciones y recibieron un tratamiento especial.
La fachada principal, orientada al NE, como toda la estructura, se halla precedida por una plataforma (1), que contiene en el lado oeste una serie de depósitos alineados, uno al lado del otro, ubicados en dirección horizontal y también vertical. Casi la mitad de este componente fue destruido por un aluvión, causado por inusitadas lluvias, como efecto de algún meganiño, fenómeno ocurrido después del abandono
de la ciudad.
Desde la plataforma (1) se ingresa por medio de una amplia escalinata a la plaza circular hundida (2), presentada como un gran anfiteatro, de 29 m. de diámetro en el interior. Esta tiene tres niveles de graderías en la mitad superior, ubicada al sur, donde además se adicionó una plataforma semicircular (3), a modo de una imponente banqueta. El exterior de este anfiteatro muestra tres terrazas escalonadas con sus respectivos muros de piedra. Las paredes y pisos tuvieron revoque de arcilla y pintura blanca o amarilla. Hay indicios de por lo menos dos remodelaciones en la construcción del anfiteatro.
Del anfiteatro se asciende por otra escalinata, ubicada en el lado opuesto a la de ingreso, hacia la parte superior de la plataforma semícircular (3), que a su vez da ingreso al templo. Este se halla protegido por una muralla, que en el frontis se quiebra en ángulos rectos, formando dos grecas o salientes, una a cada lado. El templo tiene, a su vez, una banqueta adosada al exterior del frontis.
El vano de acceso al templo sigue el mismo eje de las escaleras de la plaza circular. Por éste se ingresa a un recinto central de forma rectangular-horizontal (4), separado por paredes de otros dos recintos laterales. Estos no han sido todavía excavados.
Del recinto (4), siguiendo el eje central, se pasa a un ambiente muy importante (7), porque estuvo resguardado, como se observa en la entrada, por tres paredes anchas, adosadas sucesivamente. La última tiene una saliente en forma de greca. En el contorno de¡ interior de esta habitación hay tres terrazas laterales a modo de graderías y, en el centro, un fogón ceremonial, cerca de¡ cual se hallaba una piedra o «Huanca» que posiblemente estuvo hincada. Al excavar el fogón recuperamos ofrendas carbonizadas. Éste, de forma redondeada, mide 46 cm. por 45 cm. y 41 cm. de profundidad, presenta las paredes enlucidas con sucesivas capas de arcilla, resultantes de las remodelaciones. En una antigua excavación, ya limpiada, pudimos notar que el diseño de este ambiente fue modificado por lo menos 5 veces a través del tiempo. Estos antiguos ambientes yacen debajo de la superficie actual y fueron enterrados sucesivamente. Algunas paredes muestran enlucidos negros.
Desde el recinto 7 se accede por una escalinata, ubicada en el mismo eje central, a otra plataforma elevada con dos habitaciones rectangulares, una a cada lado (8 y 9), excavadas en parte, y donde se aprecia una antigua pared enterrada, muy maltratada que llevaba decoración en relieve. Por el centro continúa una escalera pintada hacia la cima de la terraza, cuyos recintos tampoco han sido definidos (10). En este nivel, por su ubicación más alta, destacada y de limitado acceso, debió estar la divinidad principal del templo y allí se habrían realizado las actividades ceremoniales más relevantes del grupo social que tuvo bajo su control este templo en la urbe.
En la parte posterior del templo se desciende del espacio 10haciaun recinto cuadrangular (12), pintado de amarillo y rojo. De allí baja a otras dos plataformas hasta llegar al patio (15), que está encerrado por la muralla que circunda a toda la estructura.
El conjunto descrito fue construido con piedras cortadas, unidas con una mezcla de arcilla, y delimitado por la muralla que encierra un amplio espacio rectangular, donde, en otro lado del templo, se construyeron otras unidades arquitectónicas menores, como las estructuras 13 y 14, dedicadas a las actividades auxiliares de los que manejaron el anfiteatro y el templo central. Las estructuras más antiguas subyacen debajo de enormes capas de piedra y muestran variaciones en la tecnología constructiva.
Las paredes externas de este conjunto arquitectónico tuvieron un grueso revoque de arcilla pintado de blanco-crema, color que debió relucir en el paisaje desértico grisáceo. Los ambientes del interior llevaron pintura amarilla, roja y negra.
La excavación de una de las construcciones arquitectónicas auxiliares, ubicada al Este del templo (14), dentro del perímetro amurallado, permitió conocer el funcionamiento de la estructura que estamos denominando: «El Altar del Fuego Sagrado» (14)